14 jul 2010

EDICION Nº 29 - MAYO-JUNIO 2010

El reciclaje de pilas usadas (Parte I)
por Lorena Ávila Cantisani
Corresponsal en España
English Version

La pila es un elemento que contiene diferentes metales en su composición, como mercurio en las pilas de botón y las alcalinas; o cadmio en las pilas recargables; también son preocupantes otros metales como el manganeso, níquel y cinc. Por lo tanto, aunque no todas las pilas son iguales ni tienen la misma peligrosidad, todas tienen alta concentración de metales y por lo tanto son consideradas como residuo peligroso.
Con el desarrollo tecnológico, el consumo de pilas se ha ido incrementando. Una vez que se agotan y ya no sirven son tiradas en cualquier parte, representando una verdadera amenaza para el medio ambiente. Sus componentes pueden ser utilizados nuevamente si se les efectúa el reciclaje apropiado. Una tonelada de pilas usadas permite la obtención de 600 Kg de metales pesados.
Los compuestos contenidos en una sola pila, son suficientes para contaminar 40 litros de agua durante 50 años. Esto nos da una idea de la importancia que significa poder reciclar pilas.

¿Cómo se reciclan?
El proceso empieza por deshacernos de las pilas usadas depositándolas en los contenedores correspondientes que existan. Luego se llevan a una planta de reciclaje, donde el mercurio se separa de otros metales, y otros materiales que pueden ser recuperados. Las pilas convencionales son sometidas a un proceso mecánico con diferentes etapas de trituración bajo condiciones de refrigeración con nitrógeno. Una vez trituradas se introducen en un destilador que se calienta para su posterior condensación. Las pilas botón son sometidas a un proceso de tratamiento para la recuperación de mercurio, también mediante destilación. Una pila botón de mercurio puede envenenar 600.000 litros de agua.
En plantas de tratamiento de residuos mercuriales, como la de Vaersa, en Buñol (Valencia-España), las pilas son introducidas en un destilador sin triturar y se someten a altas temperaturas para que el mercurio que contienen se libere en forma de vapor. Ese vapor pasa después a una cámara de combustión donde las partículas orgánicas arrastradas se oxidan con oxígeno a una temperatura de 800 grados. Por último, atraviesa unos refrigerantes en donde se condensa y es recogido en forma líquida. El mercurio que se recupera no es mucho, pero tiene una pureza del 100%. El polvo de pila sigue diferentes procesos para recuperar los metales que contiene. Los útiles son re aprovechados y los demás pasan a formar parte de los denominados rellenos de seguridad.
Otros tipos de pilas se entregan a un gestor autorizado de residuos peligrosos, que se encarga de que sean transportados hasta instalaciones especiales donde son introducidas en bidones herméticos que se depositan en cámaras de seguridad.
En España el Ministerio de Medio Ambiente regula los procesos de todos los residuos peligrosos y en particular de las pilas. Existen además fundaciones y asociaciones que colaboran en la labor de acopio de las pilas desechadas por los usuarios.
ECOPILAS (Fundación para la Gestión Medioambiental de Pilas) fue fundada por las empresas Cegasa, Duracell, Energizer, Phillips, Kodak y Sony, agrupadas en la comisión de pilas de la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (ASIMELEC), pretenden a través de Ecopilas implantar el primer sistema integrado de gestión en el sector electrónica y facilitar el reciclado de las pilas.
AERPAM (Asoc. Española de Recogedores de Pilas, Acumuladores y Móviles) promueve la educación y sensibilización ambiental a través de campañas de información.
Todos; fabricantes, distribuidores, organismos públicos, ONGs, asociaciones y la sociedad en su conjunto, debemos concienciarnos sobre la necesidad de reciclar estos elementos.
Se estima que en Argentina se consumen un promedio de 10 pilas por persona por año, cuando se agotan, en general, finalizan en la basura común.


Llamativos e iluminados contenedores de pilas ubicados en comercios y la vía pública.
Valencia, España.