En el auditorio Mauricio López de la UNSL. Se presentó la obra de Nora Fernández. Una obra escrita y actuada por ella misma, la cual ha mantenido en cartelera durante más de 14 años con éxito constante. Presentada en Argentina, Chile, Europa y México. Ha obtenido por su actuación 17 premios internacionales. La artista mendocina que llena el escenario, apta para todo público.
“Cuando termino un Surrealismo, es fuerte dar una nota; el estado que tengo es de enamoramiento, estoy absolutamente vulnerable al ser humano, porque el surrealismo por sobre todas las cosas, es una magia de encuentro de vidas. Nosotros nos reímos junto con el público, mas allá del producto artístico, es una comunión al final de la obra, donde quedamos con risas, con emoción, quedamos con la complicidad. A mi también me pasa, yo también quiero vivir en un marco de armonía, de paz, de amor y yo también me siento sola, yo también quiero usar espacios, me río, soy divertida; y todo esto es la gama de almitas que pasa en el escenario. Yo quedo muy agradecida por tener la oportunidad de encontrar esta conexión con la gente con la que esta noche he compartido.
Una vez en México una señora se paró al final de la obra y gritó: “Gracias, nunca me sentí tan normal” y yo también cuando escribo y hago surrealismo tengo una catarsis artística, de la urgencia del alma artística y eso me emociona.”
“Cuando termino un Surrealismo, es fuerte dar una nota; el estado que tengo es de enamoramiento, estoy absolutamente vulnerable al ser humano, porque el surrealismo por sobre todas las cosas, es una magia de encuentro de vidas. Nosotros nos reímos junto con el público, mas allá del producto artístico, es una comunión al final de la obra, donde quedamos con risas, con emoción, quedamos con la complicidad. A mi también me pasa, yo también quiero vivir en un marco de armonía, de paz, de amor y yo también me siento sola, yo también quiero usar espacios, me río, soy divertida; y todo esto es la gama de almitas que pasa en el escenario. Yo quedo muy agradecida por tener la oportunidad de encontrar esta conexión con la gente con la que esta noche he compartido.
Una vez en México una señora se paró al final de la obra y gritó: “Gracias, nunca me sentí tan normal” y yo también cuando escribo y hago surrealismo tengo una catarsis artística, de la urgencia del alma artística y eso me emociona.”
